THAIPUSAM, PEREGRINACIÓN AL LÍMITE

Por 27/01/2013 BLOG, MALASIA

Tuvimos la suerte de poder asistir a una de las fiestas más polémicas del mundo, el Thaipusam. Una celebración hinduista que se celebra en varios lugares de Malasia, pero nuestro enclave era el más importante de todos, Batu Cave. Una fiesta donde la gente se cuelgan de la piel alimentos y se pinchan partes del cuerpo, pero curiosamente sin ver casi ninguna gota de sangre. Descubre esta fiesta no apta para cardíacos. Batu Cave, es una cueva que está a una media hora de Kuala Lumpur. Es característica porque tiene una gran estatua dorada en la entrada antes de subir 272 escalones hasta una enorme cueva donde hay un lugar de peregrinaje.

Carroza principio fiesta.
Con esta carroza la noche antes del Thaipusam, da inicio a la festividad que dura más de una semana.

Coincidió en nuestra visita (sin saberlo) que se celebraba una importante celebración llamada Thaipusam. Esta festividad hinduista, se basa en peregrinar para pedir algún deseo a Murugan, hijo del Dios Shiva. Según el grado que quieras pedir deberás sacrificarte más o menos.

Millones de personas peregrinan.
Entrada a la imponente cueva, llena de miles de peregrinos subiendo las escaleras.

El menor de todos, es llevar un pote de leche en la cabeza sin que se derrame durante horas o sujetar con un palo algunas cosas pesadas, pero la peor parte es atravesarte el cuerpo con objetos punzantes.

Llevando leche.
Cuenco de leche para sujetar en la cabeza.

Para todos ellos, empieza una odisea que son varios días de preparación y mentalización: Todos deben estar 48 horas antes en ayuno completo y meditación. El día de la peregrinación, se deben afeitar la cabeza y muchos de ellos empiezan el peregrinaje con la carga llamada kavadi. La carga puede ser desde llevar un pote de leche en la cabeza hasta los que se clavan en el propio cuerpo barras de hierro con alimentos, piercings, arrastran carros con ganchos en la piel, o se clavan enormes estructuras al cuerpo. El trayecto empieza en Kuala Lumpur y con más de 15 km tardan más de 8 horas haciendo la procesión. Ésta culmina en la famosa cueva después de subir estos 272 empinados escalones con un calor infernal. En todo momento, la mayoría van acompañados de amigos o familia, que les apoyan hasta el último aliento. Una vez en la cueva, miles de personas entregan las ofrendas y hacen un último baile, pidiendo a su Dios el esperado milagro.

Peregrinando.
La gente se clava los alimentos con punzones.

Lo más fuerte de todo, es que prácticamente no vimos ni una gota de sangre. Comentan que eso se debe a la concentración, en que llegan a tal estado de meditación que no notan ni sufrimiento, ni sangran. Algunos se introducen barras o piercings en la lengua para no poder hablar y así estar más cerca de su Dios.

Punzones en la piel.
A pesar de lo impactante que es, no vimos ni una sola gota de sangre ni sufrimiento.

Lo más sorprendente es que hay gente de todas las edades, desde niños hasta ancianos, cada uno con su ritual y comentan que también hay gente occidental que viene expresamente de todo el mundo para practicar este ritual.

Niño peregrinando.
El peregrinaje no tiene edad ni sexo.

La asistencia de gente es masiva, y nos comentó un chico de allí que durante todo el día y noche asistirían más de 2 millones de personas,

Miles de personas en la cueva.
Asistencia masiva dentro de la inmensa cueva.

Orando.
Gente rezando dentro de la cueva.

Encendiendo incienso.
Dentro de la cueva se hacen las ofrendas, rompiendo un coco con fuerza en el suelo y encendiendo incienso. La sensación de subir por las empinadas escaleras, después de atravesar la dorada estatua de varios metros de altura de 42 metros, y acompañar en una claustrofóbica situación toda aquella gente sufriendo escaleras arriba, fue inexplicable.

Subiendo la escalera.
Subiendo la escalera llena de gente.

Una vez arriba, miles de personas peregrinando dentro de una enorme cueva donde hay un templo que van pasando uno a uno pidiendo milagro, fue una de las mejores experiencias que he vivido durante el viaje, la verdad.  

Podéis ver más fotos a la derecha de este post. Si os ha gustado el post, os recomiendo que veáis todas las fotos, no tienen desperdicio.

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