Tras habernos perdido decenas de veces, no entender ni papa de Neozelandés, haber sido parados por dos policías y uno tratarnos de delincuentes, una multa por exceso de velocidad, el ataque de una gaviota asesina y cargarnos buena parte del presupuesto del viaje, creemos que ya estamos preparados para dar nuestras notas de supervivencia en este magnífico país…
La enorme capital de Nueva Zelanda, está por descubrir. Una auténtica ciudad cosmopolita donde contrastan pequeñas casitas y enormes edificios de cristal. Esta ciudad está construida entre decenas de volcanes, y las zonas superiores están formada por extensas calles de subida y bajada que parecen San Francisco. Hacemos referencia también al pueblo de los Hobbits, una pequeña villa turística que los más frikis de este tipos de películas de pueden dejar de ver, eso sí a un alto precio.
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¿Que os parece la idea de ir a una playa que cuando baja la marea, tienes que cavar un agujero alquilando o comprando una pala para hacerte un auténtico jacuzzi natural en la arena? Eso sí, no le robes al vecino al agua calentita, que tendrás problemas….Esto es Hot Water Beach y muchas cosas más…
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Después de dejar Christchurch, alquilamos otra campervan (autocaravana) que sólo nos cuesta 5 dólares al día, sí, menos de 4 euros. Es un «relocation», le llaman así a devolver una autocaravana a su origen y tú solo pagas la gasolina. Eso sí, te ahorras también el Ferry para cambiar de isla que es muy bonito pero vale una pasta.