De las ciudades de Java, quizás esta es de las mejores que puedes visitar. Con bastantes atractivos turísticos, podrás visitar palacios y sobretodo un lugar llamado «Castillo del agua». Entre el caos del tráfico los becaks dan un poco más de color a la ciudad. Los becaks son un tipo de tuk-tuk con bicicleta.
En nuestra corta estancia en esta ciudad decidimos relajarnos un poco antes de iniciar el pesado y largo viaje hacia los volcanes que hemos contratado.
Hemos decidido de pasear por la calle principal llamada «Malioboro», donde encontrarás todas las tiendas de ropa que quieras muy barata, pero con un gusto peculiar muy florida y con colores marrones y oscuros (típico look Indonesio).
Colores típicos Indonesios, si te arriesgas, la ropa te saldrá barata.
Nos hemos alojado en la zona de todos los hostales, unas calles muy estrechas y peculiares, que dentro de un sistema laberíntico está lleno de hostales y hoteles para todos los presupuestos. También puedes encontrar múltiples restaurantes (incluso uno vasco) y agencias para contratar tours.
Característica calle de los hostales.
La única visita que hicimos a parte de ir a Borobudur (a 40 minutos de Yogyakarta) ha sido un antiguo palacio llamado Taman Sari (Castillo del Agua). Situado en el barrio de Kraton, este edificio tiene un estilo colonial no típico en Indonesia, y fue construido en 1758. Se utilizaba principalmente cómo jardín de recreo para el Sultán, aquí hay unas grandes piscinas donde podía escoger a alguna de sus doncellas para pasar el rato en alguna de sus salas secretas.
Entrada al Castillo del agua.
Curiosamente el proceso era el siguiente: cuando llegaba el Sultán, era recibido con orquesta en la entrada del edificio. Éste era custodiado por varias guardas. En el interior había un par de piscinas donde sus mujeres y concubinas disfrutaban de largas estancias.
Al lado de la zona de las piscinas hay un edificio que guarda una piscina privada. El Sultán, tiraba una flor de loto por una ventana en lo alto de la torre, y la que la cogía era la afortunada que disfrutaría del placer del Sultán en la piscina privada o las salas secretas entre ellas una con una cama que servía de sauna.
Acceso a la piscina privada.
Ventana donde tiraban la flor para seleccionar a la doncella.
Desde la ventana superior de esta torre, se tiraba la flor. Las doncellas, estaban en la piscina.
La verdad es que el edificio es muy pequeño, pero tuvimos la suerte que nos adjudicaron 5 estudiantes de turismo que querían practicar con nosotros el inglés y nos lo contaron todo muy bien. Después nos llevaron a dar una vuelta por el barrio contíguo, y nos mostraron una antigua mezquita subterránea y un edificio más alto que quedaba a salvo del agua cuando estaba el resto inundado.
Los terremotos, han destrozado muchos de estos lugares, que ahora se conservan cómo ruinas.
Conocimos también algunos artesanos, ya que en esta zona viven artistas, que trabajan grabados típicos que tardan un mes en acabar cada uno.
Antigua mezquita subterránea. Un terremoto la dejó inutilizada.
Artesano trabajando grabados. Tarda un mes para terminar cada uno de ellos.
La entrada a Taman Sari es de menos de 1€ (12/06/13) y puedes llegar caminando durante unos 30 minutos desde la calle Malioboro.
Del resto de la ciudad, destacar los Becaks, que son las bicicletas tipo tuk-tuk tan características en esta ciudad.
Detalle de un Becak en la calle de principal de Malioboro.
Además la pasión que despiertan los pájaros, hay decenas de lugares que los venden así cómo el arte de la elaboración de sus jaulas.
Los pájaros, una de las pasiones de este lugar.
Otra de las pasiones (ya vistas en otros lugares del mundo) es el fútbol. Todos son partidarios de algún equipo y la gran mayoría del Barça o el Madrid (aunque tengo que admitir que el Madrid es mayoritario aquí).
Puedes encontrar decenas de artículos de tus equipos preferidos.
Para pasar los largos ratos de aburrimiento, los ciudadanos de la ciudad o duermen en su Becak o juegan al ajedrez en la calle, es muy habitual ver como se desafían entre ellos.
Jugando al ajedrez durante los ratos de aburrimiento.
En la calle de Malioboro además de varias tiendas de ropa y souvenirs, encontrarás un grandioso centro comercial donde puedes encontrar el santo McDonalds con aire acondicionado y WI-FI gratis (pregunta la clave en el mostrador) y Pizza Hut (ojo que hay un menú que no ofrecen y sale más barato). También hay decenas de tiendas en el interior con marcas conocidas, pero los precios no son tan baratos cómo debería.
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!Vaja, vaja amb el Marajà! vivía com un Marajà, sense cap dubte
, Tot molt interessant.. Fins aviat.
jajajaja…sí, tenía una vida molt intensa, sobretot amb tantes dones!
Molts petons i gràcies pel comentari.
Bonita ciudad.
No fueron al Kraton ni a Prambanan?
Cierto es lo que comentas de la ropa, no es nada barata!
Saludos
No, Marcos. No fuimos al final. Prambanan, nos dijeron que se parecía mucho a Ayutthaya, y además las entradas son muy caras y al final lo desestimamos.
Además por la tarde empezó a llover (para variar) y no pudimos visitar nada más.
Acerca de la ropa, está demasiado pensado para el turista. De todos modos en las tiendecitas de Malioboro, aún puedes encontrar algo económico.
Un abrazo y gracias por el comentario.
Muchas gracias por el comentario.
Un fuerte abrazo.