Una de las mayores construcciones jamás creadas por el hombre, la Gran Muralla China. Ya puedes ver mil fotos o vídeos, pero hasta que no estás paseando por encima de ella, no eres consciente de la embergadura de esta increíble obra.
Como ya comenté en mi anterior post y debido al cambio del tiempo, tuve que avanzar la visita a la Gran Muralla China. Lo decidí a última hora de una mañana, y fui tarde (cosa totalmente desaconsejable) ya que lo perfecto es ir a primera hora de la mañana. La razón, es que al ir solo, se aprovechan de ti, y si hay más viajeros puedes compartir.
Saliendo de una céntrica plaza de Beijing, tomé un bus (916) de Dongzhimen, y después de un buen rato me dejaron en una calle llena de taxistas. Solo bajé yo, y al verme los taxistas vinieron a mí todos corriendo para llevarme.
Decidí una zona cercana “relativamente” a Beijing llamada Jinshalin, es uno de los mejores lugares para visitar la Muralla, ya que normalmente no hay mucha afluencia de público y está en muy buen estado. Está situado a unos 130 km de la capital, o sea más de 2 horas de trayecto.
En pocos lugares de la muralla, puedes conseguir esta foto con poca gente.
Estuve casi una hora negociando el precio, ya que me cobraban una barbaridad por llevarme al ir solo. Estuve esperando varios buses a ver si venía alguien más para compartir, y nada de nada. Al final, y viendo que era tarde, tuve que pagarle al dichoso taxista un precio acordado de 100 yuanes (ida, vuelta y espera de dos horas) y tuve que pagar el telesilla y el tobogán de bajada porque tenía poco tiempo para visitar las murallas ya que cierran muy temprano.
Subiendo con telesilla hacia lo alto de la Muralla.
La verdad, es que me faltó tiempo, pero disfruté de una de las mayores construcciones que ha creado la humanidad. Es realmente impresionante, sólo de pensar que estás andando sobre ese imperioso trozo de muralla y que el total medía 21.196 km….es impresionante.
La Gran Muralla es increíblemente gigante, hasta que no estás allí no puedes apreciarlo.
Me impresionó, el detalle de la construcción, la perfección de cada piedra, la altura…
La perfección en la construcción de cada pieza es impresionante.
Visité la muralla con un poco de prisa, pero la pude disfrutar al máximo, ya que no había casi nadie (ventaja de ir tarde). Al bajar, lo hice en un tipo de tobogán muy divertido (que hubiera podido prescindir si hubiera tenido tiempo para bajar a pie), y que me lo pasé muy bien al bajar.
Preparándome para la bajada en tobogán.
Al llegar a Beijing, me preparé para marcharme a siguiente destino, el pueblo ancestral de Pingyao.
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